¿Qué sentido tiene el nuevo logo de Sprite cuando hace escasamente dos años la marca renovaba su identidad?
La respuesta es mucho.

Problema de marca: falta de solidez en un mercado global
Por consiguiente, la consistencia visual de la marca es nula y la coherencia en la comunicación brilla por su ausencia. Es en este contexto heterogéneo y desbaratado en el que el rebranding cobra todo el significado. Revisar la marca era más que necesario, en amplitud y profundidad.

Nuevo logo de Sprite. Fin al efecto splash refrescante
El rebranding incluye unificación de toda la identidad visual, con un nuevo logo de Sprite, más sencillo y con menos artificio.
Esta nueva versión es la desaparición del efecto splash; una especie de estrella de ocho puntas en verde lima, donde el texto e icono quedaban fundidos.


Los orígenes de esa estrella se remontan al primer logo de Sprite en 1961. Primero, la estrella sirvió para reemplazar el punto sobre la letra «I» y a su vez complementaba los contornos nerviosos de las letras.
Posteriormente, otro elemento distinto, un limón-lima, relevó la estrella. Y fue en 2008 cuando entró la estrella de seis puntas, a modo splash; como un elemento accesorio con el que resaltar la marca.
El efecto refrescante en la identidad, llega ahora con otros elementos, como las gotas transparentes.


De la capa más superficial un rebranding global
Además del nuevo logo de Sprite, en términos gráficos, el rediseño presenta nueva tipografía, un ajuste de la paleta de color, patterns y un estilo fotográfico y de vídeos con contenidos adaptados según cada país.


A su vez, todos esos ajustes de la marca son trasladados al nuevo packaging. Las versiones regulares de Sprite seguirán usando la versión del logos en blanco, mientras que las variedades sin azúcar tendrán un logotipo negro.
