La desmarquización consiste en hacer lo máximo posible por evitar la mención de la marca en sus logotipos, spots, envases y demás contenedores de la imagen de la compañía, ello extrañamente conducirá a la generación de identidad de marca debido a que invita al usuario a identificar a la empresa detrás del misterio a través de otros criterios como: características de la imagen, forma del envase, producto, al fin y al cabo todos menos el logotipo o nombre de la marca.
Entre los numerosos ejemplos se cuentan el de la compañía Coca-Cola quien eliminó el su nombre por completo de la etiqueta en sus envases, cambiándolo por nombres comunes, lo cual ha tenido un excelente resultado; también Apple en sus vídeos publicitarios se abstiene de mencionar el título de su marca hasta el final de los mismos, ya que cuenta con una de las imágenes gráficas más reconocibles de este siglo: la manzana.
Peso a esto el debranding no es efectivo para todas las marcas, pues algunas debido a sus rasgos, que no sean lo suficientemente reconocibles, estrategias y demás lo imposibilitan.
La desmarquización se posiciona como una tendencia en alza y es el camino a seguir para muchas marcas, bien porque será menester el ampliar la información acerca de un concepto que se hará muy popular, como por la naciente intención de analizar y pronosticar nuevas modalidades surgidas de la misma.
Ante estos sólidos argumentos solo podemos despedir con cariño al branded content, que tantas historias nos ha contado, y dar una cálida bienvenida al debranding.