Nueve años de WhatsApp en el que se ha convertido en el sistema de mensajería por excelencia a día de hoy, tanto como para asentar unas bases que parecen llevar ahí toda la vida pero que en el transcurso de la historia de la humanidad supone un suspiro. Tanto como para ser WhatsApp.
Y sí, parece que fuera ayer cuando WhatsApp revolucionara el mundo de la comunicación en línea, como aquella mascota que crece contigo toda su vida pero que cuando te paras a pensar te das cuenta del largo recorrido que lleváis juntos. Eso es WhatsApp.
Ya ha llovido desde que Brian Acton y Jan Koum, ambos antiguos empleados de Yahoo!, dieran a luz esta plataforma en 2009. Por aquel entonces, no eran muchos los que se aventuraban a dar excesivo crédito a esta invención, a pesar de su tremendo potencial. Un potencial que, de hecho, obligó a sus desarrolladores a convertirlo en un servicio de pago para evitar que, con los años, siguiera creciendo a un ritmo tan descomunal como lo estaba haciendo. Luego cambiarían de nuevo al sistema de software gratuito.
Entre medias, y tras varios inversores y capital externo, en diciembre de 2013 WhatsApp acumulaba más de 400 millones de usuarios activos. Esta cifra, realmente escandalosa, probablemente tuviera un rol vital en la decisión del gigante americano Facebook de comprar la plataforma por un precio estimado de unos mil millones y medio de dólares en febrero de 2014.
Y bajo el manto de la obra magna de Mark Zuckerberg llega WhatsApp a lo que es a día de hoy: la plataforma de mensajería online por excelencia. Existen otras alternativas menos intrusivas como la creciente Telegram, cosa que obligará a los americanos a no dormirse en los laureles.
Estados de WhatsApp
En estos años WhatsApp ha cambiado de ser simplemente un servicio de mensajería (como los ya anticuados sms) con la diferencia de que es ‘gratis’ (nadie recuerda ya el escándalo que montó por tener que pagar 0,82 euros) a ser casi casi una red social. Con Zuckerberg a la cabeza y copiando – o eso parece – muchas de las ideas de Snaptchat o Instagram, WhatsApp ha empezado a tener una serie de cambios bastante sorprendentes. El último el que la plataforma ha llamado ‘Estados de Whatsapp’. Ahora en vez de ver el anodino perfil con una frase inspiradora, cada usuario puede enviar fotos, vídeos y gifs a todos sus contactos. ¿Ha gustado el cambio? Parece que no mucho, la mayoría de usuarios, acostumbrados a espiar las fotos de perfil y estados de sus contactos, han perdido esta oportunidad. Ya no se podrá pasar uno las tardes viendo la última actualización de su compañero de trabajo ni la frase de odio que su hermano pone a la novia en WhatsApp para que se entere todo el mundo.
Pero como con todo, habrá que adaptarse a los cambios, y lo que en un principio parece una función que apenas utilizamos, se acabará convirtiendo en una herramienta más para exponer nuestras ideas y pensamientos. ¿O es que alguno de vosotros, hace diez años, pensaba que iba a levantarse por la mañana y fotografíar el desayuno para colgarlo en una red social? ¿No? Pues eso.