La historia de LOVE de Robert Indiana
Pocas esculturas se han vuelto tan famosas alrededor del mundo como la icónica serie LOVE de Robert Indiana. Caracterizadas por grandes letras apiladas que deletrean la palabra “LOVE” (“amor” en inglés) estas esculturas dan un toque de pop art a su entorno, desde calles concurridas hasta campus de universidades. Aunque simple en su naturaleza, la serie LOVE tiene en realidad un trasfondo inesperado—y sorprendentemente, una triste historia detrás.
La serie LOVE es una colección de esculturas creada por el artista estadounidense Robert Indiana. La primera escultura de LOVE fue creada en 1970, pero su origen se remonta a seis años antes, cuando el Museo de Arte Moderno de Nueva York encargó a Indiana la creación de una tarjeta de Navidad.
Para estas impresiones festivas, Indiana produjo el famoso diseño que conocemos al día de hoy: las letras L, O, V y E en un tipo serif y apiladas unas sobre otras. Las grandes letras rojas contrastan con un fondo que alterna entre el azul y el verde brillante. La Oligeramente inclinada y la paleta de colores dan a todo el diseño un toque juguetón, haciéndolo accesible a una gran audiencia—algo que posteriormente lo convertiría en el prototipo perfecto para una obra de arte público.
El diseño
Muchas personas asumen que la serie LOVE se inspira en el romance; sin embargo, en realidad se basa en la formación religiosa de Indiana. Dado que el diseño fue creado para una tarjeta navideña, su relación con el cristianismo no es del todo sorprendente.
Robert Indiana (cuyo nombre de nacimiento era Robert Clark) creció en New Castle, Indiana, y fue criado bajo las creencias de la Iglesia de Cristo, Científico. Este sistema religioso fue fundado por Mary Baker Eddy, una autodenominada “pionera espiritual”, en 1879. Si bien la iglesia ganó impulso a principios del siglo XX, perdió popularidad durante la fase de “amor libre” de los años 60. Esto resultó en el cierre de muchas de sus iglesias en todo Estados Unidos.
En 1964, Indiana fue reclutado por el coleccionista de arte Larry Aldrich para transformar uno de esas iglesias vacías en una galería de arte contemporáneo. Aunque aparentemente intrascendente, este proyecto jugaría un papel fundamental en la carrera de Indiana, plantando la semilla para la impresión de LOVE y las esculturas y pinturas que le siguieron.
“Las pinturas de LOVE brotaron como una planta de esa semilla plantada en tu museo, Larry”, explicó en una carta, “la pintura que me encargaste, Love is God, que llegó a mi mente cuando me enteré de que estabas convirtiendo una antigua Iglesia de la Ciencia Cristiana en Ridgefield. . . porque yo, como niño, fui criado como un científico cristiano, y la palabra AMOR se imprimió indeleblemente en mi mente, porque hay una frase ligeramente diferente, ‘Dios es Amor’, en cada pared frontal de cada una de las casas de Mary Baker Eddy en todo el mundo”.
La escultura original de LOVE—que hoy se encuentra en el Museo de Arte de Indianapolis—fue un éxito inmediato cuando se inauguró en 1970.
A lo largo de varias décadas, Indiana crearía más de 50 ediciones de la escultura para lugares de todo el mundo, desde la ciudad de Nueva York y Filadelfia hasta Singapur y Taipei. Aunque estas piezas varían en escala y paleta de colores, todas se presentan el estilo característico de Indiana y siempre incorporan un carácter inclinado, incluso cuando se escriben en otro idioma o cuando deletrea una palabra diferente, como HOPE (“esperanza”).
El legado amor-odio
Dado el gran número de esculturas que existen alrededor del mundo, uno pensaría que Indiana estaba enamorado del diseño. Sin embargo, no era así. De hecho, a lo largo de su carrera, el artista comenzó a resentir la serie, señalando que no disfrutaba de la fama que ésta le traía.
“Fue una idea maravillosa, pero también un terrible error”, dijo a NPR en 2014. “Se volvió demasiado popular, se volvió demasiado popular. Y hay gente a la que no le gusta la popularidad. Es mucho mejor ser exclusivo y remoto. Por eso vivo en una isla en la costa de Maine”.
Además de abrumar al reclusivo artista, esta popularidad también resultó ser perjudicial para su carrera. “En cierto modo, tal vez se le veía como un one-hit wonder proverbial, porque ‘LOVE‘ era inmensamente icónica en la cultura pop”, explicó Dan Mills, director del Bates College Museum of Art. “Para bien o para mal, eclipsó algunas de sus otras contribuciones.”
Robert Indiana murió en 2018 a la edad de 89 años. Aunque sin duda nunca le gustó el legado del LOVE, la obra maestra del arte pop sigue ocupando un lugar importante en la historia del arte y en los corazones de personas de todo el mundo.
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