Uno de los problemas más comunes al que nos enfrentamos los diseñadores cuando creamos un logotipo, son los problemas de legibilidad a determinados tamaños. Durante el proceso de creación de una marca, es muy común que tanto diseñador como cliente deseen crear un isotipo que complemente la marca, una referencia visual que, dentro del amplio mercado, haga determinada marca reconocible, y que, por lo tanto, genere mayores beneficios. Aunque está ampliamente estandarizada la creencia de que una marca necesita de forma imperiosa un isotipo que la acompañe, no siempre es así, pero de este aspecto ya hablaremos más adelante.

EL TAMAÑO SÍ IMPORTA

Porque el tamaño sí es importante. Pero en este caso cuanto más pequeño mejor. Necesitamos tener en cuenta que actualmente los logotipos son aplicados en diversos soportes, y que, en esta nueva era, la impresión se ha quedado atrás para dar paso a otro tipo de aplicaciones, más concretamente los soportes digitales. Éstos pueden variar desde una publicidad en una pantalla de cine, hasta una app en un teléfono móvil con dimensiones reducidas. Por ello debemos saber que es importante que nuestra marca se vea bien tanto a 2 metros como a 20 milimetros, y que una no tiene más importancia que la otra, por lo tanto debemos ser cuidadosos con la elección, ya que si no lo hacemos nuestro logotipo sufrirá un grave problema de legibilidad.

MENOS ES MÁS

Quizás no sea la primera vez que escuchan esta frase, y quizás la hayan oído repetir a miles de diseñadores, el gusto por el espacio en blanco, la necesidad de que las cosas estén desahogadas, y como no la antipatía por añadir, añadir y añadir. Pensemos un momento en un logotipo con miles de detalles, un logotipo que represente una imagen muy realista, y que creemos que cumple perfectamente nuestros intereses. Ahora, pensemos en ese mismo logotipo aplicado a nuestro Smartphone, imaginemos que ese isotipo es el icono de una aplicación, ¿qué tal lo veríamos? Efectivamente la legibilidad sería casi nula, veríamos una mancha, en la que no distinguiríamos absolutamente nada, ¿ganamos algo con eso? Menos es más, menos detalles permiten una mejor reproducción, cuanto menor sea su tamaño, mejor, en más soportes podemos aplicar nuestro logotipo.

UNA TIPOGRAFÍA LEGIBLE

Hace años, quizás demasiados como para que podamos hablar de ello, había un número limitado de tipografías, tipografías con serifa y tipografías de palo seco, siempre las mismas, era muy complicada la producción de una tipografía y más aún el acceso a ellas. Gracias a la llegada de la era digital, la creación de tipografías se convirtió en un proceso mucho más sencillo, y por lo tanto la cantidad de tipografías fue creciendo, ya no eran serifa y palo seco, ahora tenemos, fantasía, script, escolares… un amplio mundo en el que poder divagar y por lo tanto un amplio mundo por el que perdernos y acabar eligiendo una opción equivocada. A la hora de seleccionar una tipografía para nuestro logotipo, tenemos que tener en cuenta varios factores, la legibilidad, el traking (espacio entre caracteres), las astas ascendentes y descendentes de la tipografía, y que sea una tipografía completa, es decir, que si nuestro logotipo contiene ñ o tilde, esta tipografía, lo contenga. De todos estos factores, el más importante de todos es la legibilidad, que de una u otra manera engloba también al traking y a las astas, una tipografía con una gran legibilidad nos permitirá un mayor número de aplicaciones del logotipo, y por lo tanto, que es lo que nos ocupa en este caso, un tamaño mínimo más reducido. Las tipografías excesivamente bold o excesivamente light tienen un gran problema de legibilidad cuando reducimos su tamaño de forma considerable, y es que aunque de forma diferente, en ambos casos la tipografía deja de ser legible para, convertirse o bien en una mancha, o por el contrario desaparecer.

LOGOTIPOS DE GRANDES EMPRESAS

Podemos hacer un juego, y recordar cómo eran determinadas marcas hace años, y cómo son ahora. El diseño durante todos estos años ha sufrido una transformación, alejándose de lo realista y barroco para acercarse a lo minimalista y plano. Logotipos de marcas tan importantes como Apple han pasado por una reconversión gigante.

Otras grandes marcas como, Windows o IBM, también han sufrido a lo largo de su historia rediseños, para acabar mostrando la imagen actual.