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Bibendum, historia del muñeco de Michelin

Sin duda es uno de los iconos más reconocibles del siglo XX y uno de los símbolos publicitarios más famosos. Lo hemos visto durante décadas en carteles, vallas y revistas, o sentado en el techo de la cabina de los camiones. En España se conoce por el muñeco Michelín, ya que representa a esa marca francesa de neumáticos, pero su auténtico nombre es Bibendum.
El curioso personaje, del que en castellano hemos sacado la palabra michelín referida a esos antiestéticos pliegues de gordura en la cintura, nació en 1897 de los pinceles del ilustrador Marius Rossillon, que firmaba sus dibujos como O?Galop. Se dice que la idea surgió cuando un día, al visitar la fábrica, alguien reparó en un montón de neumáticos y comentó que podían parecerse a un hombre si se le añadían brazos y cabeza. Años antes, el creador de la marca, André Michelin, defendió las cualidades de las ruedas de goma en una conferencia que acababa con una frase que se hizo popular: «Los neumáticos se tragan los obstáculos». Así que cuando Rossillon dibujó el primer cartel, pensó en el muñeco bebedor de obstáculos y lo pintó brindando: llevaba gafas, puro, y con su mano derecha levantaba una copa llena de piezas mecánicas. El eslogan, aunque fácil de recordar, no se entendía bien, ya que se eligió un verso de Horacio en latín, Nunc est bibendum, que usaban los romanos para brindar; literalmente significa algo así como «es tiempo de beber». Pues bien, como la palabra bibendum quedaba en el cartel exactamente encima del muñeco, la gente pensó que ese era su nombre y comenzaron a llamarlo así. El bautizo definitivo se atribuye al piloto de coches Charles Thery, quien durante una carrera recibió a André Michelin con la frase «aquí viene Bibendum».


Por cierto que durante el gran premio, que ganó Thery, los de Michelín habían situado varios equipos de cuatro mecánicos para cambiar los neumáticos al bólido. Cada uno se encargaba de una de las ruedas, y conseguían hacer el cambio completo en poco más de… ¡tres minutos! Todo un récord para la época.

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